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Lola, la lombriz que amaba la lluvia
Lola era una lombriz luminosa que vivía en un lujoso jardín llamado LiliLand. En su mundo lleno de lilas y lirios, siempre esperaba las lluvias ligeras de abril.
Una tarde, mientras el cielo se oscurecía, Lola escuchó el suave "plip-plop" de las primeras gotas de lluvia. Rápidamente, emergió del suelo y comenzó a bailar al ritmo de las gotas que decían "lalala".
Mientras danzaba, Lola recitaba una pequeña poesía:
"En LiliLand, bajo la lluvia yo bailo,
Luz de luna, con mi reflejo yo hallo,
Llueve ligero, lombriz danzarina soy,
Lola mi nombre, y con la lluvia yo voy."
Las luciérnagas, maravilladas por su baile y poesía, encendieron sus luces y se unieron a la danza. Pronto, todo LiliLand brillaba con luz y alegría.
Un león llamado Leo, que vivía en las afueras del jardín, escuchó la conmoción y se acercó. Al ver a Lola recitar y bailar, no pudo evitar rugir suavemente y unirse a la fiesta.
La noche continuó con música, risas y el suave "lulú" de las hojas meciéndose. Lola, con su luminoso baile y poesía, logró unir a todos los habitantes de LiliLand en una celebración inolvidable.
Cuando amaneció, la lluvia cesó y el jardín quedó en silencio. Pero todos en LiliLand recordarían siempre la noche en que Lola, la lombriz, les mostró la magia de la lluvia y la poesía.
Preguntas para "Lola, la lombriz que amaba la lluvia"
Una tarde, mientras el cielo se oscurecía, Lola escuchó el suave "plip-plop" de las primeras gotas de lluvia. Rápidamente, emergió del suelo y comenzó a bailar al ritmo de las gotas que decían "lalala".
Mientras danzaba, Lola recitaba una pequeña poesía:
"En LiliLand, bajo la lluvia yo bailo,
Luz de luna, con mi reflejo yo hallo,
Llueve ligero, lombriz danzarina soy,
Lola mi nombre, y con la lluvia yo voy."
Las luciérnagas, maravilladas por su baile y poesía, encendieron sus luces y se unieron a la danza. Pronto, todo LiliLand brillaba con luz y alegría.
Un león llamado Leo, que vivía en las afueras del jardín, escuchó la conmoción y se acercó. Al ver a Lola recitar y bailar, no pudo evitar rugir suavemente y unirse a la fiesta.
La noche continuó con música, risas y el suave "lulú" de las hojas meciéndose. Lola, con su luminoso baile y poesía, logró unir a todos los habitantes de LiliLand en una celebración inolvidable.
Cuando amaneció, la lluvia cesó y el jardín quedó en silencio. Pero todos en LiliLand recordarían siempre la noche en que Lola, la lombriz, les mostró la magia de la lluvia y la poesía.
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