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Rita, Ramiro y el regalo raro de Rosendo
En la aldea de Regalolandia, Rita y Ramiro, dos conejitos rabudos, eran los mejores amigos. Un día, Ramiro recibió un regalo inesperado de su tío Rosendo, un renombrado inventor de la región.
— ¡Mira, Rita! —exclamó Ramiro, mostrando un reloj resplandeciente—. Rosendo dice que tiene poderes mágicos.
Rita, con ojos brillantes, sugirió: —Deberíamos probarlo juntos. ¡Quizás nos transporte a una realidad paralela!
Al darle cuerda al reloj, el mundo alrededor de Rita y Ramiro comenzó a girar rápidamente. Cuando todo se detuvo, se encontraron en una Regalolandia diferente. En lugar de regalos físicos, los habitantes compartían recuerdos.
Mientras exploraban, se toparon con Rico, el ruiseñor, quien les contó que en esa versión de Regalolandia, el mayor regalo era compartir momentos preciosos con seres queridos. Intrigados, los conejitos decidieron darle un regalo a Rico.
Juntos, compartieron una risueña tarde jugando al rededor del río y recogiendo rosetas de maíz. Rico, emocionado, dijo que era el mejor regalo que jamás había recibido.
Con el corazón lleno, Rita y Ramiro regresaron a su Regalolandia natal usando el reloj. Decidieron que, a partir de ese día, en vez de dar regalos materiales, compartirían recuerdos con sus amigos y familiares, ya que esos eran los regalos más valiosos de todos.
Preguntas para "Rita, Ramiro y el regalo raro de Rosendo"
— ¡Mira, Rita! —exclamó Ramiro, mostrando un reloj resplandeciente—. Rosendo dice que tiene poderes mágicos.
Rita, con ojos brillantes, sugirió: —Deberíamos probarlo juntos. ¡Quizás nos transporte a una realidad paralela!
Al darle cuerda al reloj, el mundo alrededor de Rita y Ramiro comenzó a girar rápidamente. Cuando todo se detuvo, se encontraron en una Regalolandia diferente. En lugar de regalos físicos, los habitantes compartían recuerdos.
Mientras exploraban, se toparon con Rico, el ruiseñor, quien les contó que en esa versión de Regalolandia, el mayor regalo era compartir momentos preciosos con seres queridos. Intrigados, los conejitos decidieron darle un regalo a Rico.
Juntos, compartieron una risueña tarde jugando al rededor del río y recogiendo rosetas de maíz. Rico, emocionado, dijo que era el mejor regalo que jamás había recibido.
Con el corazón lleno, Rita y Ramiro regresaron a su Regalolandia natal usando el reloj. Decidieron que, a partir de ese día, en vez de dar regalos materiales, compartirían recuerdos con sus amigos y familiares, ya que esos eran los regalos más valiosos de todos.
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